Desayuno de domingo

 

Tres días después de afirmar que no tenía intención de cambiar las manzanas para que quien quisiera fruta se animara a picotear la pera, he vencido mis reticencias a renovar las golosinas del jardín.

Tengo motivos más que suficientes para haber cambiado de opinión:

  • Ya he pillado a un simpático herrerillo en plena acción y queda documentado a través de las fotografías que por lo menos una de las especies que visita el jardín, come pera:
  • También he podido observar a un carbonero común picoteando la pera, aunque no he podido hacer ninguna fotografía.
  • Llevo días sin ver a las hembras de las dos especies de currucas y el macho de la cabecinegra aparece ocasionalmente. A mí lo que más me gusta es disfrutar de ver el rincón de los comederos, lleno de pájaros.
  • Si comparo el precio de ambas frutas, me compensa seguir colgando manzanas, dado que además parece que los pájaros las prefieren a las peras.

Aprovecho que es domingo y me dispongo a preparar un desayuno digno de este día de la semana. Ayer compré fresas. Pienso que una fresa tal vez sea una golosina extra interesante… Sin embargo, necesitaré un soporte especial para poder ensartarla y que la pueda colgar sin peligro de que se caiga, porque tiene poca consistencia. Tengo una idea y acabo montando el taladro y sacando algunas herramientas para preparar el desayuno.

He aquí el resultado:


El soporte para la fresa ha quedado estupendo (falta saber si funcionará como creo que lo hará). La mitad de un fruto de jacarandá me ha servido para hacer una especie de platito individual. He puesto también una pieza de madera debajo, a juego con la fresa, para sujetar bien el alambre donde la he ensartado.

Cuando acabo de escribir estas líneas ya ha empezado el festín en el jardín, pero la fresa aún no la he colgado. Quiero esperar el momento en que pueda acechar un rato con la cámara en mano…