Milanos, calamares, sardinas y un sistema dinámico

 

Terminé el artículo dedicado a los milanos de miraguano diciendo:

… he metido uno de los frutos que he recogido bajo una campana de cristal, que no sé de dónde salió, y a la que hasta ahora no había encontrado utilidad. Ahora se ha convertido, momentáneamente, en una campana contenedora de milanos sedosos.

He averiguado el origen de la campana:

Se trata de la cubierta protectora de una lámpara que se coloca en las barcas para ir a pescar calamares, sardinas, boquerones y jureles. Esta actividad se lleva a cabo desde el atardecer hasta el amanecer. La luz encendida en un extremo de la barca ilumina el agua y atrae a los calamares y los peces, que se vuelven más vulnerables a las poteras y las redes que diestramente manejan los pescadores con el objetivo de atraparlos.

Sin saberlo, la nueva función que he otorgado a la campana enlaza a la perfección con su función original: la de proteger

 

Dentro de la campana, el fruto de miraguano que coloqué, ha experimentado cambios y ha pasado algo que no había previsto.

El cristal se ha cubierto de gotas de agua de condensación.

Esto me hace conectar con la obra de Hans Haacke: Condensation cube (Cubo de condensación).

Está expuesta actualmente en el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona), formando parte de la exposición: Colección 31.

Conozco bien esta pieza porque me he pasado bastante tiempo trabajando alrededor de ella para crear un material sencillo con el objetivo de que los niños que visitan el museo puedan manipularlo en las salas y ver de cerca el efecto de la condensación del agua sobre una superficie transparente y experimentar, jugando, las posibilidades de cambiar la disposición de las gotas.

También he dedicado tiempo a leer el ensayo que escribió en 1968 el biólogo y filósofo Bertalanffy: «Teoría general de los sistemas». Las ideas que expone sobre la concepción de los organismos vivos como sistemas abiertos que cambian al interaccionar con el entorno, interesaron a Haacke. El artista hace una transposición de este concepto en el ámbito del arte en algunas de sus primeras obras como Condensation cube.

El agua que contiene el cubo de metacrilato transparente se condensa dentro de éste y experimenta variaciones en función de la temperatura ambiente, que se ve influenciada por la presencia de los espectadores en la sala donde está expuesta.

Mi campana también alberga un sistema dinámico. La he dejado expuesta a los rayos de sol y el fruto del miraguano ha ido abriéndose progresivamente y las semillas que contiene se han dispersado por la campana, que las protege impidiendo que salgan volando. La humedad contenida en el fruto se ha condensado en el interior y el cristal se ha cubierto de gotitas de agua que varían de tamaño y se disponen de una manera que está influenciada, creo, por la temperatura de la superficie. Sospecho que no es homogénea, especialmente a determinadas horas del día.

He estado jugando con la campana. Durante la noche, según si la acerco o alejo de la chimenea, la disposición de las gotas varía y también lo hace su medida.

Han pasado los días y tengo la impresión de que la condensación ha disminuido. La campana tiene en la parte superior un pequeño orificio que permite que el agua condensada se evapore lentamente.

¿Hasta cuándo durará este dinamismo?Me propongo averiguar si la condensación acabará desapareciendo del todo. Creo que sí.

Mientras, me divierto haciendo fotografías de los efectos visuales de gotas y penachos, que encuentro especialmente atractivos, y los cambios que experimenta mi particular contenedor de milanos de miraguano, el protector de la lámpara para atraer calamares, sardinas y otros peces, que alberga en estos momentos un sistema dinámico.