Pájaros-Hoja y Hojas-Pájaro

 

Los Pájaros-Hoja y los Hojas-Pájaro, habitan y revolotean en la cabeza de mi padre y han anidado en ella.

Así como la mayor parte de ideas que revolotean en su cabeza se desvanecen en décimas de segundo, los Pájaros-Hoja llevan tiempo instalados en alguno de los pocos circuitos memorísticos que todavía tienen capacidad para retener acontecimientos.

Yo creo que es la emoción la que aún mantiene la actividad de estos circuitos. En este caso la emoción se refiere a la inmensa CURIOSIDAD que han despertado en él esos extraños pájaros negros que se han pasado días y días (meses) pegados a una rama, hiciera viento o calma, sol o lluvia.

El primer Pájaro-Hoja apareció en el magnolio. Se pasó posado en una rama muchos días antes de descubrir que se trataba de un Pájaro-Hoja, y de que lo pudiera apresar con la cámara de fotos después de seguir la dirección en que apuntaba su muleta para indicarme con precisión el lugar donde presumiblemente andaba posado.

No se puede negar que da la impresión de estar a punto de emprender el vuelo

Los siguientes Pájaros-Hoja, que ya no eran uno, sino muchos, una bandada entera, tardé en encontrarlos. Por mucho que intentaba seguir sus indicaciones espaciales, su visión parecía ser producto de una auténtica fantasía. Hasta que me di cuenta de que tal vez lo que hacía falta es que yo cambiara mi punto de vista, por el de él. Ello implicó que yo pasara a ocupar su sillón y tratara de situarme en su misma posición, (la que adoptaba cuando observaba a los Pájaros-Hoja posados).

El segundo cambio, imprescindible para poder finalmente verlos posados sobre una de las ramas de la morera de la casa del vecino, se me ocurrió al pensar en dos conceptos que tienen que ver con la visión: claro y borroso. Pensé que, a veces, cosas que uno ve de forma muy clara, otras personas las ven borrosas, y al revés. Así que en vez de tratar de ver claro, traté de ver borroso buscando el efecto contrario. Sentada en su sillón entrecerré los ojos forzando el desenfoque, después de haber orientado la vista hacia la morera y allí estaban: TODOS los Pájaros-Hojas que nadie más que él había logrado ver hasta el momento. Dispuestos a lado y lado de la rama, uno encima de otro.

Recomiendo achinar los ojos para ver esta imagen

Esa primera visión, que tal vez fue para mí, también una revelación, la traduje al instante a un esbozo a lápiz sobre papel. Sirvió para conectar automáticamente ambas visiones, la suya y la mía, y que él tuviera en aquel momento la certeza de que POR FIN, yo había visto los pájaros.

Tuve claro en aquel preciso momento que se abría un mundo de posibilidades de juego, creatividad, estímulo neuronal, refuerzo de la autoestima y lazos afectivos, que me propuse explotar.

No son pájaros, son Pájaros-Hojas !!!!!!!! – Exclamé. Y es increíble la capacidad que tienes de ver cosas que otras personas no son capaces de ver. Tienes un don natural para ver y reconocer cosas originales y bonitas donde otros ven cosas normales y vulgares y te agradezco que me hayas ayudado a verlos porque así ahora tenemos un magnífico tema de conversación y planes de observación.

Meses de Pájaros-Hojas y Hojas-Pájaro, que no son lo mismo, darán pie, más adelante, a otros relatos.

Mientras escribía me ha entrado curiosidad además por la frase popular que se utiliza para referirse a algunas personas: tiene la cabeza llena de pájaros. Me entra la risa, no lo puedo evitar, de repente imagino qué clase pájaros deben llenar algunas cabezas… estoy convencida de que hay una gran diversidad…