Caen por tierra algunas suposiciones

 

El último artículo dedicado a la observación de las currucas en el que ponía de relieve mi interés por averiguar cuáles son las apetencias alimentarias de los machos y hembras de dos especies diferentes, lo escribí hace ya más de una semana.

Durante estos días he tenido ocasión de hacer observaciones irregulares, pero no de escribir sobre lo que he visto. A continuación, expongo lo que considero más relevante de lo que he observado hasta el pasado sábado, 18 de febrero:

1-Las hembras de ambas especies visitan con asiduidad las manzanas que cuelgo en el jardín.

Hembra de curruca de casquete
Hembra de curruca cabecinegra

 

 

 

 

 

2-No he visto ningún macho de curruca capirotada visitando el comedor comunitario que tengo instalado en el jardín.

3-He visto machos de curruca cabecinegra interesados por otros alimentos (semillas y manteca) y creo que lo puedo afirmar utilizando el plural porque al menos he visto dos machos diferentes, dado las diferencias visibles que en ellos he podido observar, en cuanto a la forma y el tamaño. Ninguno se ha interesado por las manzanas.

Macho de curruca cabecinegra

 

4-Los machos de ambas especies no parecen interesados en las manzanas dado que no he podido observar a ninguno comiéndoselas.

Sin embargo, el sábado cayeron por tierra alguna de mis suposiciones: vi por primera vez un macho de curruca cabecinegra picotear con voracidad una manzana. Tuve tiempo de atraparlo con la cámara en plena acción:

 

Las imágenes no dejan lugar a dudas. La afirmación siguiente revoca una parte del punto 3, y todo el 4. Los puntos 1 y  2 no quedan afectados:

5-Hay al menos un macho de curruca cabecinegra, de los que visitan el jardín, que se siente atraído por las manzanas y se las come.

Y termino con una última afirmación que no contradice ninguno de los puntos anteriores, y una nueva pregunta:

6-Mientras que he visto un macho de curruca cabecinegra comiendo manzana y también semillas (solas y mezcladas con manteca) y grasa de jamón enhebrado, no he visto a ninguna hembra de la misma especie interesarse por estos alimentos. A ellas las veo siempre sobre las manzanas.

¿Cómo se puede explicar esta diferencia que observo en las preferencias alimentarias de los machos y hembras de currucas cabecinegras?

 

¡Esta manzana bate el récord! Y yo me pregunto…

 

¡Esta manzana, bate el récord! Mirad como la han dejado los pájaros. Se han comido incluso la piel, cosa que no recuerdo haber visto nunca hasta ahora. Y yo me pregunto …

¿Será porque el soporte de esta manzana tiene en el extremo un trozo de tapón de corcho en vez de otra pieza que tengo colocada en otros soportes y que consiste en una semilla natural de origen tropical?

La sección redonda del tapón de corcho coincide con la porción de manzana que han dejado sin comer.

 ¿Será que el tapón les ha dado a los pájaros mayor estabilidad a la hora de subirse a la manzana y por eso la han podido aprovechar mejor?

La semilla termina en punta y hace que la manzana se tambalee. He visto a los pájaros encaramarse sobre la piel reseca que va quedando a medida que se comen la pulpa.

 ¿La manera en que comen la manzana estará condicionada en alguna medida por el soporte donde está colgada la manzana?

¿O será que esta manzana la he dejado colgada más tiempo que las otras? ¿O …?

Observar siempre hace que me pregunte cosas. Y no me importa muchas veces no tener respuesta para todo lo que me pregunto. Lo que encuentro realmente interesante y también divertido es hacer preguntas. Es lo que posibilita comenzar cualquier proceso de investigación.  Sobre manzanas, peras, tapones de corcho o cualquier otra cosa, el mundo está lleno de cosas y fenómenos sobre los que pienso que vale la pena interrogarse.

Es una lástima que en general la educación ponga énfasis en pedir a niños y jóvenes que respondan a las preguntas que formulan los maestros, en vez de hacerlo al revés. Deberían ser los maestros quienes tan a menudo como fuera posible respondieran las preguntas de los niños y las suyas propias también.

Cuando he descolgado el resto de esta manzana me he dado cuenta que los pájaros han respetado los receptáculos que contienen las semillas de esta fruta, dispuestos en forma radial, como mostraba hace unos días, y han ido comiendo la pulpa que los rodea, como si hubieran esculpido una estrella de cinco puntas con el pico.

 

Milanos de miraguano

En el artículo que dediqué a hablar de materiales naturales apropiados para ser manipulados por los niños en el jardín de infancia, prometí desvelar qué tipo de fruto es una especie de pera enorme que cuelga cabeza abajo de algunos árboles, en esta época del año.

        

La manera en que yo lo descubrí aún me hace sonreír…

Fue hace muchos años, y recuerdo vagamente que uno de estos frutos había llamado mi atención de camino a casa. Colgaba de una enredadera trepadora y al cortarlo salió látex y me dejó las manos pegajosas. Era ligero a pesar del tamaño. Lo dejé encima de algún estante, bien a la vista en la habitación principal de la casa que hacía las veces de comedor, sala de estar y recibidor. Me había propuesto averiguar de qué se trataba y observar qué cambios experimentaba la extraña pera.

Días después, al llegar a casa y abrir la puerta me quedé absolutamente atónita al ver la habitación invadida de cientos de milanos voladores revoloteando por todas partes. No pude evitar un ataque de risa en aquel momento, me pareció absolutamente fascinante encontrarme rodeada de delicados y etéreos pelillos voladores. Tardé un buen rato en descubrir su origen, hasta que encontré el fruto que había cortado días atrás, totalmente abierto. Reconozco que después no me hizo tanta gracia el proceso de eliminación, los milanos volaban en todas direcciones y acabaron colándose en toda la casa…

Descubrí entonces que se trataba del fruto del miraguano (Araujia sericifera) una planta originaria de América del Sur, de rápido crecimiento en enredadera, que se ha adaptado bien al clima mediterráneo.

Cuando hace unos días alguien preguntó en el transcurso de una sesión de formación si sabía qué podía ser una especie de pera colgante, me acordé al instante de la experiencia.

Cuando concebí este artículo pensé en explicar algo que me pareció importante: no considero apropiado el fruto del miraguano para ser manipulado directamente por los niños. Sin embargo, siempre me parece interesante seguir examinando las posibilidades que ofrecen las cosas aun habiéndolas descartado inicialmente y ello me ha llevado a ir a buscar miraguanos, a hacer fotos, experimentos (que siguen en curso) y a escribir lo siguiente:

El fruto del miraguano puede ser objeto de un interesante proceso de observación por parte de niños de todas las edades.  Ver su estructura interna cuando aún no está maduro y los cambios que experimenta hasta abrirse y dispersar todas las semillas que contiene, puede resultar una experiencia atractiva, bonita y divertida.   

Estas son algunas de las fotografías que he hecho estos días:

 

Tengo otro motivo para defender esta sencilla idea y se lo debo al artista colombiano Nicolás Paris, que expone en estos momentos en Caixafòrum Barcelona su obra: El diálogo, el rumor, la luz, las horas o (prototipo para material pedagógico).  La semana pasada descubrí con sorpresa y simpatía que uno de los trabajos que forman parte de la exposición es un vídeo que sigue el recorrido de un milano viajero, impulsado por el viento, como los que salen del fruto del miraguano. El vídeo me pareció sencillamente delicioso. Y lo mismo la exposición, que sin duda alguna recomiendo ir a visitar a todo aquel que pueda y esté dispuesto a dejarse sembrar de relámpagos …

He dedicado unos días a trabajar con los miraguanos y me apetecía  ver cómo salen las semillas volando, pero esta vez estoy haciendo un experimento de forma controlada y después de fotografiar una parte del proceso he metido uno de los frutos que he recogido bajo una campana de cristal, que no sé de dónde salió, y a la que hasta ahora no había encontrado utilidad. Ahora se ha convertido, momentáneamente, en una campana contenedora de milanos sedosos.