RETAZOS DE CIELO CON MOLINILLO
Me atraen los molinillos de viento de una manera especial. Me fascina la capacidad que tienen de moverse sin ritmo fijo y también de permanecer en reposo. Me siento identificada con ellos.
A lo largo de los años he tenido muchísimos, de formas y materiales diferentes, que han acabado estropeados por el viento, el sol y la lluvia.
El molinillo que aparece en las imágenes es un regalo de una amiga entrañable, que me trajo de Alemania. Consiguió meterlo en una maleta de cabina junto a unos cuantos tarros de miel, tabletas de chocolate, un esqueje de avellano, bulbos de Galanthus nivalis, siemprevivas dentadas, algún objeto personal y algo de ropa.
El molinillo ocupa ahora un lugar privilegiado en casa, orientado hacia la salida del sol, frente al mar. Su silueta se recorta contra el cielo y capta mi atención nada más empezar el día, día tras día. Lo primero que hago al levantarme es salir al exterior, encuadrar el molinillo y atraparlo con un retazo de cielo. Luego comparto la imagen con personas queridas. Algunos días una sola imagen, y otros días, muchas más. Nunca sé por adelantado cuántas, me dejo seducir por los colores del amanecer y a menudo me olvido del tiempo…
Iréis encontrando algo más de información sobre mí, bajo algunos de los siguientes retazos de cielo:
Podéis seguir las salidas de sol diariamente a través del blog y en la sección Fotografías, las encontraréis agrupadas por años y meses.