Llegué a la Fundació Pere Closa después de haber estado trabajando en el programa de la Renta Mínima como docente y haber tenido la ocasión de relacionarme con hombres y mujeres de etnia gitana. Fue una experiencia de la que disfruté enormemente y motivó mi interés y deseo por trabajar codo a codo con el pueblo gitano.

La Fundación tiene como objetivos principales la formación y la promoción del pueblo gitano en Cataluña. Centra su labor en el apoyo a la formación de niños y jóvenes gitanos y vela por una imagen positiva del pueblo gitano, y por preservar su legado cultural y darlo a conocer a toda la sociedad. Dos cosas los legitima para hacerlo: ser gitanos, que les posibilita establecer un vínculo real y consistente con las familias gitanas, y su formación, que les permite diseñar e implementar el proyecto.

Me incorporé al equipo de la Fundación en octubre de 2001 como técnico docente, con un objetivo muy concreto: implementar en Hospitalet de Llobregat el proyecto Siklavipen Savorença (Educación con todos), que en aquel momento se llevaba a cabo en Badalona (zona sur), Sant Adrià (la Mina), y Barcelona (Besós-Maresme y Zona Franca).

El proyecto Siklavipen Savorença tiene un carácter socioeducativo y está dirigido a la población gitana. Persigue el éxito escolar de los niños y jóvenes gitanos y para lograrlo se trabaja con las familias, los niños y jóvenes y con los centros educativos donde cursan sus estudios. También con algunas entidades o servicios de los barrios donde está implantado.

Trabajar conjuntamente con familias, niños y escuelas posibilita tejer una red de relaciones que refuerza el sentido del proyecto.  También lo refuerza el hecho de que el equipo de trabajo lo formáramos Mercedes Porras, gitana, licenciada en historia del arte y miembro de la fundación, y yo misma. Combinábamos nuestras funciones como mediadoras interculturales y docentes. Nos encargamos de contactar con los centros educativos del barrio de la Florida en Hospitalet de Llobregat para ofrecer clases de refuerzo y seguimiento escolar a los niños gitanos. Conseguimos que una entidad social del barrio nos cediera un espacio para poder impartir clases de refuerzo. Constituimos un pequeño grupo de niños y niñas gitanas, escolarizados en varios centros diferentes, todos en primaria y empezamos las clases y los contactos constantes con las familias y con sus profesores para hacer un seguimiento y trazar planes de refuerzo personalizado que contribuyeran al éxito escolar de los niños y a la satisfacción de familias y escuelas por los logros conseguidos con el trabajo en equipo.

El proyecto fue creciendo y se incorporaron más niños, familias y escuelas.

Dejé la Fundación en Julio de 2003. El proyecto sigue actualmente funcionando, después de 15 años de haber tenido el privilegio de participar en su puesta en marcha. Aprendí muchísimo durante mi paso por la Fundación. Fue un trabajo difícil y complejo, plagado de retos que tratamos de superar con ilusión, esfuerzo y buen humor.

A pesar de haber dejado la Fundación, no he abandonado el contacto con los que fueron mis compañeros y jefes gitanos. Fueron dos años de entrañable relación y eso nos ha llevado a seguir colaborando cuando ha surgido la ocasión.   (Ver el apartado de materiales didácticos, relativo a Publicaciones)