El pasado 26 de abril disfruté impartiendo un taller en la Fiesta de la Primavera organizada por Foment del Treball y el Foro de Recursos Humanos en la antigua fábrica de cerveza Damm en Barcelona.
La fiesta estaba dirigida a jefes de recursos humanos de empresas nacionales y multinacionales interesados en la humanización de las empresas a través del arte. Este era el lema de la jornada y también el de CultHunting una iniciativa de aPortada, la agencia de comunicación que gestionó el evento.
¿Pueden el arte y la cultura influir en la manera de trabajar y en los resultados de las empresas?
El arte y la cultura inspiran, vinculan y movilizan. Son una poderosa herramienta transformadora para cualquier organización.
Este era el planteamiento inicial que dio pie a desarrollar 6 talleres simultáneos con el objetivo de que los participantes pudieran experimentar en primera persona, dinámicas artísticas con un gran potencial para irrumpir en la escena empresarial y favorecer prácticas orientadas a la humanización.
El timing previsto fue trepidante y en mi caso fue el responsable de que no pudiera hacer referencia a algunas de las sutilezas conceptuales que sustentaban la actividad que había diseñado específicamente para la ocasión.
Mi propuesta se centraba en los sentimientos que se experimentan en el entorno laboral y el objetivo era llevar a cabo una actividad creativa de transformación, con la finalidad de poder visualizar de una manera artística e innovadora, aquellos sentimientos que los participantes desean poder experimentar en sus respectivos lugares de trabajo.
Desde mi punto de vista, todo aquel que esté interesado en humanizar su entorno debe prestar atención a los sentimientos que experimentan las personas con quienes comparte tiempo, espacio y trabajo. Y no sólo a los de las otras personas sino también a los propios, con la intención de mejorar el bienestar emocional de todo el grupo.
Abordar estas cuestiones resulta complejo. No es fácil hablar de lo que uno siente y menos hacerlo delante de otras personas, especialmente si los sentimientos que uno experimenta no resultan agradables, para uno mismo, o para los demás.
Los sentimientos de cada persona están influenciados por sus pensamientos y sus experiencias previas. También lo están por lo que sienten, piensan, dicen y hacen las personas con las que se relacionan.
Tratar de expresar lo que uno siente puede conllevar inseguridad, miedo, vergüenza, falta de confianza, falta de libertad, etc. Desarrrollando dinámicas artísticas se puede favorecer la expresión. El uso de metáforas y la posibilidad de incorporar referencias no explícitas a un elemento artístico confieren libertad para expresarse.
En general, todos deseamos librarnos de algunos de los sentimientos que experimentamos y también, por el contrario, experimentar más a menudo o intensamente algunos otros. Este fue el punto de partida de mi propuesta.
La actividad que concebí tenía puesto el énfasis en el proceso que llevamos a cabo y no en el resultado. Un proceso que advertí se iba a realizar a ritmo acelerado exprimiendo al máximo los 10 minutos de los cuales disponíamos. Realizarlo de forma tranquila, pausada, y meditada hubiera posibilitado muchas otras cosas.
El foco estaba puesto en las personas que participaron. Se trataba de que expresaran sus propios sentimientos de una manera divertida para poderlos compartir después. Eso no fue del todo posible debido al tiempo de que disponíamos. La idea era haber invitado a todos los participantes a coger seguidamente un “bombón sentimental” que no fuera el que habían creado, e iniciar un diálogo distendido, comparando sabores, buscando afinidades, contrastes, etc.
Abordar las emociones a partir de un material que se ha creado de forma artística, lúdica y participativa, entre todos, tiene más sentido que repartir por ejemplo tarjetas con dibujos o palabras escritas a priori por un experto, con el propósito de dialogar sobre cómo nos sentimos.
El material creado por los asistentes recoge lo que realmente sienten o creen sentir y por tanto constituye un magnífico punto de partida para seguir realizando muchas otras actividades con el objetivo de mejorar la relaciones intra e interpersonales.
La propuesta quería constituir un sencillo, pero a la vez potente ejemplo, de cómo imprimir dinámicas artísticas capaces de favorecer la comunicación dentro de la empresa, abordando además un tema que es complejo.
La actividad que propuse estaba relacionada de diversas maneras con una obra del joven artista cubano Adrian Melis (La Habana 1985) : “Línea de producción por excedente”.
Algunos de los procesos que pusimos en práctica estaban inspirados en esta obra y también en algunos de los conceptos que habitualmente interesan al artista.
Las personas que participaron en el taller podrán explorar esta relación, siguiendo los enlaces que he facilitado.
Para conocer las ideas de Adrian Melis, recomiendo especialmente escuchar la entrevista que le hizo el equipo de Radio web MACBA. En ella el artista habla sobre la realización de la obra (minutos 42 a 48 de la entrevista). Podéis acceder a ella haciendo clic en la imagen.
Aunque he comentado que el énfasis estaba puesto en el proceso, lo cierto es que el resultado de la actividad fue muy interesante. Recogí 88 bombones con los que he estado jugando unos días. He localizado 43 palabras o expresiones diferentes en las etiquetas, refiriéndose a cómo desearían sentirse las personas que participaron. He jugado a establecer grupos diferentes y he podido constatar algunas tendencias. He trabajado también con los contrarios. Puedo en realidad deducir muchas cosas del conjunto de objetos artísticos creados y creo que podría deducir muchas más si planteara la actividad con calma y poniendo especial cuidado en definir objetivos específicos.
En términos generales el análisis que he hecho pone de manifiesto que hay mucho deseo de calma y alegría, y también de otras cosas como respeto, confianza y amor.
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La preparación de este taller ha tenido un componente emotivo añadido que invito a descubrir a través de la lectura de un artículo que he titulado “KAIZEN”, de la sección de Creatividad y Alzhéimer de este blog.