La propiedad conmutativa no es aplicable a los Pájaros-Hoja

 

Recomiendo achinar los ojos para mirar las fotografías que aparecen en este artículo. Facilita la visión de algunos Pájaros-Hoja.

 

La regla número 1 para tratar con enfermos de alzhéimer es: NO CONTRADECIRLOS.

La regla es simple, breve y no da lugar a interpretaciones. Sin embargo, ponerla en práctica puede ser más que complejo, requiere disponer de tiempo (y de imaginación) y  manejar argumentos ambiguos.

La aparición de los Pájaros-Hoja en nuestras vidas tuvo lugar tratando de aplicar dicha regla. Fue una solución creativa que nació con el propósito de no contradecir.

Mi padre ve pájaros y los demás, hojas. La solución en este caso fue fácil: Se trata de Pájaros-Hoja u Hojas-Pájaro. Así lo planteé.

Pero curiosamente él nunca invierte los términos. Siempre antepone la palabra “pájaros” a “hoja”. ¿Por qué no se confunde nunca?, ¿Cómo puede ser que no se olvide del orden de estas dos palabras?, me pregunto. Yo sí lo hago. Aunque siempre trato de usar el binomio en el orden que sin duda alguna él prefiere, supongo que es mi inconsciente el que hace que diga Hojas-Pájaro a menudo. Pero en cuanto me oigo, rectifico y vuelvo a decirlo en el orden adecuado, consciente que la propiedad conmutativa no es aplicable a los Pájaros-Hoja.

Hago un inciso para contar que he repasado lo que llevo escrito hasta ahora y me acabo de dar cuenta de que inconscientemente he escrito mal el título del artículo. Ahora lo corrijo.

Los Pájaros-Hoja se han convertido en un centro de interés compartido y son el tema central de muchas conversaciones. En el tiempo que llevamos jugando, han sido muchos los días en que se han producido nuevos avistamientos. Algunos me son comunicados por teléfono y producen un efecto colateral: expectación por saber cuándo voy a aparecer con la máquina de fotos, no vaya a ser que desaparezcan antes de que lo haga.

– Espero que no emprendan el vuelo antes de que yo pueda venir, le digo. – -Y si lo hacen, seguro que encontraremos otros.

Solemos mantener un diálogo ambiguo sobre los Pájaros-Hojas, a caballo entre la realidad y la imaginación, y sorteamos con risas y buen humor todo tipo de contradicciones.

Os explico sin ambigüedades que cuando la morera del vecino perdió las hojas, desaparecieron todos los Pájaros-Hoja que habían estado posados durante meses sobre sus ramas, uno encima del otro.

Este Pájaro-Hoja es en realidad un ganso. Tiene el cuerpo muy largo.

Afortunadamente, desde entonces, el magnolio del jardín se presta a intervenir en el juego día tras día. Tengo que reconocer que algunos avistamientos son producto de una observación especializada e imaginativa, que ha incrementado la lista de especies que se posan sobre el árbol. Sin embargo, otros avistamientos son fáciles para cualquiera que se dedique un rato a observar con atención, las hojas del magnolio:


 

 

 

 

 

– Está empezando la primavera. Los Pájaros-Hojas están a punto de nacer, le dije hace unos días. – Los árboles están empezando a brotar y sospecho que pronto volveremos a verlos.

Tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo fue para decirme: serán Pájaros-Hojitas…  Y me entró la risa.