Madame Crisantemo y el cambio de estrategia

 

Pierre Loti pintado por Henri Rousseau

A menudo, muy a menudo, las estrategias que diseño y planeo llevar a cabo, sufren cambios inesperados sobre la marcha. A priori nada garantiza que vayan a funcionar en el sentido que pretendo. Y lo que ocurre es que con frecuencia cambia la percepción que tenía sobre un determinado asunto y me doy cuenta que es preferible pretender algo diferente a lo que había pensado inicialmente.

Hace pocos días estaba convencida de que valía la pena intentar que mi padre se olvidara de un libro que trata de leer y le produce alguna confusión.

He cambiado de opinión. Aunque el libro pueda inducirle pensamientos extraños en algunos momentos, he estado indagando un poco sobre él, de varias maneras  que ahora explicaré y voy a tratar de hacer lo contrario de lo que había pensado: en vez de procurar que se le olvide, centraré la atención en él.

Para saber del libro, lo primero y más importante que he hecho, ha sido preguntarle a él directamente cuando se ha presentado la ocasión, estando los dos solos. A pesar de los estragos que el alzhéimer ha hecho en su memoria, hay cosas que aún siguen vivas, aunque tal vez aletargadas, entre sus recuerdos. Se avivan normalmente a causa de un objeto, una palabra, una frase, o una imagen que llevan asociada una carga emotiva. Actúan como un detonante y dan vida en su mente a algunos recuerdos, por un espacio de tiempo impredecible.

El libro que trata de leer es una recopilación de algunas de las novelas del escritor francés Louis Marie-Julien Viaud, conocido con el pseudónimo de Pierre Loti (1850-1923). Ha actuado como un detonador y le ha hecho recordar que cuando era niño no lo pudo leer porque su padre no se lo permitió, arguyendo que no resultaba apropiado para su edad. También recuerda que en su casa se reunían familiares y amigos muy a menudo para hablar de libros, porque había mucha afición a la lectura. Tiene la impresión de haber oído hablar del autor en esas reuniones, en las que él no podía participar y siente una gran curiosidad e interés por leerlo. Le parece que hablaban muy bien de Loti.

Pierre Loti con dos de sus gatos

El vínculo emotivo que lo une al libro es evidente. Ahora tiene la ocasión de desquitarse y resolver algo que no pudo hacer de pequeño, darse la satisfacción de leerlo*. Su plan no entraña más peligro que, algunos detalles novelescos se incorporen a su propia biografía y le produzcan alguna confusión. También podría ser que ya lo hubiera leído, pero si es así, no representa ningún problema, porque no se acuerda.

*Me da pena pensar que en realidad ya no puede acceder a dicha satisfacción, aunque mantengamos la ilusión de que lo puede hacer.

Y me pregunto ¿Por qué voy a procurar que se olvide del libro? ¿Por qué en vez de eso no hablamos sobre el libro y todos los recuerdos y pensamientos que le suscita? Me parece mucho más apropiado y respetuoso. No lo había pensado así en el primer momento y sé por qué, aunque no lo explique. Lo que cuenta, a mi entender, es que ha cambiado mi percepción y eso me va a dar la oportunidad de modelar una nueva estrategia de una manera muy diferente a la que había pensado. Ha cambiado porque lo he escuchado.

Recurro a internet para seguir indagando sobre Pierre Loti. Leo con atención sobre su vida, sus viajes, y descubro que el libro de mi padre es una recopilación de algunas de sus novelas. Me llaman especialmente la atención los títulos de éstas y hay uno en particular que me atrae irresistiblemente: Madame Crisantemo.

Portada de una edición antigua de la novela de Loti

Sigo indagando y Madame Crisantemo me lleva a Madame Butterfly. Me sumerjo en recuerdos de mi infancia que me conducen a una de las piezas del juego del Majhong que había sido de mi abuelo. Fue un obsequio que recibió siendo cónsul de Costa Rica en España. He pasado largas horas jugando con él junto a mi padre y a mi hermana. La pieza de Madame Butterfly irrumpía en el juego para ser cambiada por otra. El afortunado que la había robado de la muralla, la colocaba sobre su atril, a la vista de todos. Madame Butterfly no participaba en el juego, sólo hacía de espectadora.

Vuelvo a internet y a Pierre Loti. Sin darme cuenta me he leído el capítulo de un estudio de Luisa Mª Gutiérrez, de la Universidad de Zaragoza titulado: Chrysanthème. Realidad o leyenda. Pierre Loti y A.B. de Guerville. Dos imágenes de Japón. Descubro que Loti es un personaje controvertido que hace gala de un sentido del humor mordaz y burlesco que raya el desprecio y que se pone de relieve en la mayor parte de su novelas y escritos y también en Madame Crisantemo. Mi curiosidad va in crescendo y no ceso hasta saber más del argumento.

Algunas anécdotas que leo sobre Loti me hacen sonreír. Seguro que a mi padre también, cuando le cuente algunas cosas que he descubierto. Siento que ya dispongo de material suficiente para convertir el libro que tanto le atrae en el centro de una emotiva conversación.

*

Quiero aclarar un detalle. Cuando digo: “el libro que trata de leer” es porque, aunque lea, su enfermedad no le permite retener en la memoria suficientes datos como para poder tejer y retener ningún hilo argumental, aunque sí algunos detalles inconexos.

Sabiéndolo, admiro el esfuerzo que realiza y contribuiré, mientras pueda, a mantener su ilusión.

 

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